Por trabajo, me muevo bastante entre los barrios de Amézola, Indautxu y Rekalde, en #Bilbao .

Leo tanto sobre los horrores urbanísticos de otras ciudades, que he decidido sacar fotos de lo que veo en ese trayecto de menos de 15m andando.

No es presumir (pero sí, un poco). Tampoco quiero elogiar al ayuntamiento, que es bastante discutible en muchas de sus decisiones.

Empiezo por la rotonda de Bombero Etxaniz, que incluye un par de de pasos de cebra que dan acceso a un mini parque sombreado con bancos y fuente.
El bidegorri (carril bici para los de fuera) que la rodea va entre las plazas y la circulación, sin separación, lo cual lo hace bastante incómdo.

Esto son dos vistas del parque Amézola, dos manzanas más arriba que la plaza anterior.

Hasta hace unos 15-20 años, era un entramado de ferrocarriles que han sido eliminados o soterrados (en la segunda foto se ve la entrada a la estación).

Ahora es un parque bastante grande, con zonas de agua, arbolado, bancos y tumbonas (sí, tumbonas fijas), recorrido por arriba por un paseo que incluye máquinas de ejercicio.

Al otro lado de la calle (bastante ancha) que bordea el parque Amézola, hay una pequeña zona en cuesta, muy arbolada, a la que están ahora mismo añadiendo más bancos (cerrada por obras temporalmente, pues).