TxH: ¿Cómo explicas el ascenso de partidos de ultraderecha en el mundo en los últimos años (Trump, Bolsonaro, Orbán, Salvini, etc.)?
Mark Bray: A mi juicio, el factor más decisivo ha sido el fracaso de la izquierda para abordar las ansiedades económicas y sociales populares. Cuando la crisis financiera nos golpeó, la clase obrera se vio con dos alternativas: organizarse con sus compañeras y vecinas para crear redes de apoyo mutuo y enfrentarse a quienes ostentaban el poder, o culpar a las personas migrantes y racializadas.
Cuando partidos socialdemócratas como el PSOE en España o Syriza en Grecia aceptan e, incluso, impulsan políticas de austeridad y juegan a ser neoliberales, como lo hizo el Partido de los Trabajadores brasileño, la clase trabajadora sólo se ve con una opción “anti-establishment”: la extrema derecha. Y, aceptémoslo, resulta más fácil culpar a los extranjeros que organizar de manera activa un movimiento contra las élites nacionales y financieras del planeta entero.